Pensaba poner una entrada, hace días, sobre la conveniencia de la Huelga General.
Me pedía el cuerpo ser bastante crítico con los sindicatos mayoritarios por su comportamiento de los últimos años, pero creo que no merece la pena bailarle el agua a los aprovechados que están utilizando las críticas -más o menos razonadas- para intentar laminar y hundir al ya de por sí deteriorado entramado sindical español.
La gente de mi edad hemos conocido otro sindicalismo como para estar a partir un piñón con el actual, pero eso no nos exime de la responsabilidad de pasar a la acción ante una agresión brutal a los trabajadores como supone la Reforma Laboral propiciada por el Gobierno socialista (¡manda huevos!).
Así que me voy a olvidar del tiempo de silencio, del tarde, mal y casi nunca sindical. Hoy no procede.
Lo primordial ahora es plantar cara a unas medidas -mejor dicho, atropellos- que nos retrotraen a épocas pretéritas, con la consiguiente pérdida de derechos, aumento de la precariedad y que no tiene visos de solucionar ninguno de los problemas estructurales del mercado laboral, sino más bien acentuarlos.
Y todo a costa de los paganos de siempre.
Eso por no hablar de un Gobierno empeñado en hacerse el harakiri, haciendo el trabajo sucio a la derecha antes de ponerles en bandeja el poder.
Sinceramente, no espero gran cosa, pero voy a hacer Huelga. Es algo personal.
No quiero mirarme al espejo mañana por la mañana y ver un careto hundido y humillado.
Se lo debo a mis hijos, a mis hermanos pequeños, a los que vienen detrás nuestro.
Pd.- la imagen es el famoso flower chucker de Banksy, clica para ampliar.
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