De prohibiciones y censuras
Aquí les dejo dos apuntes, un tweet de ayer mismo y una reflexión de hace dos años, que reflejan bien lo acontecido este miércoles de Juntas (pero no revueltas).

[...] Los adalides de la corrección política repiten: "la libertad de expresión debe tener unos límites". Y, por supuesto, ellos saben dónde ponerlos. No tú. No yo. Sólo ellos. Los antiguos vigilantes de la moral pública son ahora los cuidadores de la línea, quienes la trazan y custodian.
A base de acatar este mantra filofascista, hemos conseguido, entre todos, que la corrección política se convierta en la nueva censura. Una censura dulce y suave, una censura normalizada y normalizadora. Una censura inquebrantable para los hombres y mujeres de docta conducta. La nueva religión, con sus fieles y sus herejes.
Jose A. Pérez, un extracto de Dulce y suave censura de primavera