jueves, 23 de octubre de 2008

Se me olvidó que te olvidé

¿Se imaginan poder borrar de un plumazo los malos recuerdos?
¿Querríamos olvidar sólo los traumas o también todos los sinsabores de la vida?
¿No forman parte indisoluble de lo que somos, de nuestra experiencia vital?
Muchos interrogantes.
De primeras, suena a gloria eso de mandar a la papelera de reciclaje los recuerdos dolorosos, pero resulta inquietante pensar en la factura a pagar por vivir en un limbo ingenuo de felicidad inducida.

Aún es ciencia-ficción, al parecer lo han experimentado con éxito en ratones, pero como vemos en este enlace de la BBC los científicos ya están en ello.

3 comentarios:

Martine dijo...

Vivir en un limbo ingenuo de felicidad inducida, puede que no... Pero algunos recuerdos si nos gustaría que desaparecieran hasta las cicatrices... Pero eso ni el tiempo... Las hay como cornadas, con o sin juego de palabras...

Un beso Alucinao, y no me olvido de tu nombre: P...¿Verdad?

PD: me ha dejado helada tu respuesta hablando de lo que hacen con los galgos...

alucinao dijo...

Quizás sea el mismo doloroso recuerdo el mejor cicatrizante. Un peazo leucocito que nos brinda la sabia madre naturaleza.

Martine dijo...

Lunes me hago una analítica,sin falta, me parece que me falla este peazo leucocito y sus compis...
Quizás...

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