Schiele y café vienés
Ahora que estamos de un vienés subido, creo que es buen momento para traernos de Austria no sólo trofeos deportivos.
Su capital es el sitio perfecto para golosinear, podemos degustar un café vienés de esos ricosss con nata, acompañarlo con un trozo de tarta expresionista (por precio y exquisitez) mientras escuchamos la música de Michael Nyman y plácidamente gozamos con la obra de Egon Schiele
7 comentarios:
Relajante música la que nos ofreces Alucinao... Así como la obra de Egon Schiele, seguramente algunos de sus modelos, por lo escuálidas de sus formas no habran saboreado lo suficiente el café vienés y las tartas...
Un beso con chocolate.
Schiele me ha fascinado siempre aunque todavía no sé si para bien o para mal.
Yo tampoco le haría ascos a un helado de violetas en la confitería de Demel, en el Kohlmarkt.
Un saludo Alucinao
Chocolate y helado de violetas, ufff con lo goloso que soy me estáis poniendo los dientes largos
:-P
A finales de agosto un grupillo me han invitado (pagando, je!) a pasar unos días en Budapest, pa'lla que voy, y hemos hecho fuerza para que un día nos lleven a Viena, así que tomo nota: café, helado, schiele, sandía, canela y cardamomo. ¡hey, no! que lo último es de otro post.
:D
Duczen,los dos últimos ingredientes caben en la maleta, la sandía, no sé ;-P
Qué bien me ha sentado este café...
Un beso impresionado!
¿Un poquito más de nata Bantabah?
Un beso.
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