martes, 1 de julio de 2008

Schiele y café vienés

Ahora que estamos de un vienés subido, creo que es buen momento para traernos de Austria no sólo trofeos deportivos.
Su capital es el sitio perfecto para golosinear, podemos degustar un café vienés de esos ricosss con nata, acompañarlo con un trozo de tarta expresionista (por precio y exquisitez) mientras escuchamos la música de Michael Nyman y plácidamente gozamos con la obra de Egon Schiele

7 comentarios:

Martine dijo...

Relajante música la que nos ofreces Alucinao... Así como la obra de Egon Schiele, seguramente algunos de sus modelos, por lo escuálidas de sus formas no habran saboreado lo suficiente el café vienés y las tartas...

Un beso con chocolate.

Freia dijo...

Schiele me ha fascinado siempre aunque todavía no sé si para bien o para mal.
Yo tampoco le haría ascos a un helado de violetas en la confitería de Demel, en el Kohlmarkt.
Un saludo Alucinao

alucinao dijo...

Chocolate y helado de violetas, ufff con lo goloso que soy me estáis poniendo los dientes largos
:-P

Manuel dijo...

A finales de agosto un grupillo me han invitado (pagando, je!) a pasar unos días en Budapest, pa'lla que voy, y hemos hecho fuerza para que un día nos lleven a Viena, así que tomo nota: café, helado, schiele, sandía, canela y cardamomo. ¡hey, no! que lo último es de otro post.
:D

Martine dijo...

Duczen,los dos últimos ingredientes caben en la maleta, la sandía, no sé ;-P

Anónimo dijo...

Qué bien me ha sentado este café...
Un beso impresionado!

alucinao dijo...

¿Un poquito más de nata Bantabah?

Un beso.

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